De la crítica y los criticones se ha opinado mucho, y sobre el tema abundan opiniones de los criticados, por eso, para no llover sobre lo mojado, haré algunos apuntes sobre puntos de vista pocas veces adoptados.
En cuanto al tiempo, no es difícil creer que desde que existe la obra humana, también está la crítica, y por supuesto, los elogios y reconocimientos que tanto estimulan, aunque nunca faltan quienes los rechazan.
Quienes no gustan de ser elogiados no deben de haber causado problemas, pero quienes se molestan con las criticas si que han creado conflictos en los cuales por lo general salen con magulladuras quienes ejercen su derecho a hacer señalamientos.
Volvamos al tema de los puntos de vista más escasos acerca del asunto, y uno de ellos es el de un político argentino, Juan Domingo Perón, quien sostenía la idea de no criticar al enemigo porque a lo mejor, aprendía
Según ese criterio, resulta positivo no criticar algunas cosas mal hechas por el adversario, pues al final, se perjudicará porque los resultados serán negativos o porque su manera de proceder quedará en evidencia ante los ojos de todos.
El líder bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías hasta agradecía sinceramente a la oposición cuando criticaban su gestión, y en una ocasión dijo que buscaba con mucho interés esas críticas para resolver el asunto en beneficio de la mayorías, que es el objetivo de la obra.
Desde esta posición chavista todas las críticas son constructivas, sin importar quién las haga, ni tampoco sus intenciones, pues el resultado será que se toman en cuenta para perfeccionar el trabajo, una acción humana en la que no es rara la necesidad de realizar correcciones.
En cuanto a las autocríticas, en próximos viernes serán el centro de atención del post, pero hoy sólo diremos que que tanto individual como colectivamente son herramientas muy importantes para cumplir los objetivos.
Esa mirada a la obra propia ha sido interpretada equivocadamente como que le da armas al enemigo, y es cierto que la usan para agredir a través de manipulaciones, pero este punto también será tratado con amplitud en próximos foros.
Las redes sociales y su creciente alcance y penetración en la sociedad cubana crean un escenario donde la atención a las opiniones y reclamos de la ciudadanía requieren de adecuar mecanismos y transformar la mentalidad con que las autoridades se encuentran con este fenómeno.
Desaparecieron los tiempos en que el alcance de la crítica estaba limitado por el número de ejemplares de una publicación o a donde llegaran las señales de radio y televisión, o que fuera transmitido de una persona a otra.
Además de que aumentaron los que tienen medios para difundir una crítica, esta no tiene fronteras, por tanto, tengamos en cuenta los razonamientos de Perón y Chávez, ahora más que nunca antes.
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