//

martes, 17 de junio de 2025

Réquiem en dos tiempos

Aunque sea fuerte, el amor necesita de constancia y creatividad...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 17/06/2025
0 comentarios
 Réquiem en dos tiempos
Cuentan que cuando un silencio / aparecía entre dos / era que pasaba un ángel / que les robaba la voz (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Una pareja que admiro se deshace ante mis ojos. Quiero gritar, sacudirlos, apelar a sus esencias para que entiendan todo lo que pueden perder si sucumben al silencio por evitar la fastidiosa queja… pero es una vida ajena y no me toca involucrarme, por mucho que quisiera conjurar esa ruptura.

Sufro este final anticipado como un doloroso deja vu… ¡Es tan similar al de mi primer réquiem amoroso, 30 años atrás! Y sí, la vida me concedió luego la oportunidad de conocer a otras personas fabulosas, pero no dejo de pensar en lo que pude hacer o decir para evitar aquel final abrumador.

Cuentan que cuando un silencio / aparecía entre dos / era que pasaba un ángel / que les robaba la voz; / y hubo tal silencio el día / que nos tocaba olvidar, / que, de tal suerte, / yo todavía / no terminé de callar…

Me entristece que estos jóvenes no encuentren balance ante los retos de la vida moderna, y por no alimentar ese amor con acciones prácticas terminen perdiendo lo que más aprecian, sumidos en la vorágine de sus proyectos profesionales.

Sobre todo él: tan callado, tan poco dado a expresarse, a reaccionar con proactividad, a comprender cuándo se está quedando atrás en muchos aspectos de la relación… y claro, un día ella se cansará de bogar por los dos y asumir callada el pesado fardo de lo etéreo y lo concreto.

Se hartará de no reclamar por no herir su propia dignidad y terminará cuestionando el valor de ser constante como un modo de ser fiel a sí misma.

A fin de cuentas, es él quien debe y puede aportar más a la estabilidad del vínculo en esta etapa, por múltiples razones existenciales. ¿Por qué tendría ella que dorarle la píldora para abrirle los ojos y trazarle una ruta de mayor compromiso cuando es todo tan obvio?

Así me pasó entonces: tan ocupados en vivir para el mundo descuidamos nuestra cotidianidad como pareja. Dimos el amor por suficiente, por hecho, por eterno, por seguro… Agravio tras agravio, el matrimonio naufragó, y ambos carenamos en orillas que a estas alturas ya no vale la pena reprochar.   

Todo empezó en la sorpresa, / en un encuentro casual, / pero la noche es traviesa / cuando se teje el azar. / Sin querer se hace una ofrenda / que pacta con el dolor, / o pasa un ángel, / se hace leyenda, / y se convierte en amor…

¿Saben que es lo peor? Las relaciones mal cuidadas se agotan, se destruyen, caen en un silencio cargado de irrespeto y dolor, pero el amor no tiene cierre, y la certeza de lo que pudo ser oprime el corazón por mucho tiempo.

  • Consulte además: Zahir

Aún si te cansas de apostar por tan sagrado lazo, seguirá latiendo en tu alma por décadas. Sabes que ya no hay vuelta atrás, por nada del mundo intentarías recobrarlo, y aún así te sorprendes rumiando cientos de preguntas que casi siempre empiezan con la peor conjugación verbal: Si hubiera hecho… si no me hubiera ido… si no hubiera callado… si… si… si…

Ahora comprendo / cual era el ángel / que entre nosotros pasó: / era el más terrible, / el implacable / el más feroz…

Dicho en otra palabras: todas las parejas se exponen al peso de las rutinas, y quien no quiera vivir ese desafío no está preparado para construir vínculos realistas ni podrá degustar el fruto multiplicado de su pasión inicial.

Ningún amor se cuida solo, aunque sea maduro y tenga raíces poderosas. Cuando renuncias al privilegio de construir tu relación al cien por ciento cada día, estás dejando tu futuro a merced de lo externo, lo casual (bueno o malo), el deber ser…  y eventualmente pagarás cara esa traición a ti mismo.

Ojalá esta pareja no repita mi historia. Ojalá vean a tiempo las trampas de un vacío que muchas veces intentamos llenar con esperanzas de cliché, certidumbres, perezas, miedos soberbios, planes a largo plazo, expectativas…  

Ojalá no confíen en que no pase nada que ponga a prueba ese amor, porque en casos así lo que más pasa, irremediablemente, es la vida.     

Ahora comprendo en total / este silencio mortal / ángel que pasa / besa y te abraza… /Ángel para un / final…


Compartir

Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...


Deja tu comentario

Condición de protección de datos