Como ofrenda a nuestra identidad y validación de un símbolo nacional que entreje religión, sociedad y cultura; como ejercicio libérrimo de las artes todas -se vinculan entre sí la teatralidad, dramaturgia y la plástica-; como llamado a la unión, más allá de las inevitables diferencias, la búsqueda de ese necesario territorio de la comprensión y la aceptación, se alza la instalación "Ave María", abierta al público desde este 5 de septiembre en el lobby del Edificio de Arte Cubano, Museo Nacional de Bellas Artes, MNBA.
La pieza, autoría del artista visual José Ángel Toirac, Premio Nacional de Artes Plásticas 2018 y la investigadora y curadora Meira Marrero, llega al MNBA, luego de un periplo existencial que la ha llevado a varios lugares del mundo -Estados Unidos y la Bienal de Venecia- desde el 2009 cuando fue creada y exhibida en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam.
Hoy forma parte de la Colección del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, a cuyo resguardo y custodia, centra también su valor patrimonial. Agradecieron ambos autores el esfuerzo porque la obra regresase a Cuba, se restaurase y atesore, "ha sido un proceso largo y tortuoso", expresó Toirac.
Junto a los creadores de la obra, estuvieron presentes Jorge Fernández, director del MNBA, el Dr. Pedro Pablo Rodríguez, investigador titular del Centro de Estudios Martinianos, al frente de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí y, Delia López, subdirectora técnica del MNBA.
Una fuerte carga simbólica en su representación muestra la obra, conceptual en su totalidad a partir de la resignificación del obtejo convertido en arte, una manifestación artística de la contemporaneidad. Se apropia del enunciado mítico religioso de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, para discursar desde el confluir de 55 reproducciones -de distintos materiales y maneras expresas- de la imagen de la diosa de diferentes locaciones del territorio nacional y 5 ciudades de Estados Unidos.
Aparecen montadas todas sobre un largo tablón sobre, !5 soportes!, en el que está escrito en pan de oro sobre azul cobalto la frase martiana -pronunciada por el llamado Apóstol de la Independencia en 1891, Tampa-: "O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos... o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos", trascendental vigencia, válida y conclusiva para estos tiempos.
Y eso es lo que logra "Ave María", la comunión, no importa las nominaciones religiosas que validen o no la iconografía de la virgen, no pueden escapar al clamor patrio, es la "Cachita" que nos recuerda la condición de cubanos dentro y fuera de la isla, la que algunos penden en su cuello, tatúan sobre su piel y veneran en una estampa dentro de una cartera o billetera. Es la también lleva a la comunión con las artes.
Es obvio la multiplicidad con el número "5": 55 vírgenes sobre 5 soportes, algunas de ellas localizadas en 5 ciudades de los Estados Unidos y, !se inaugura el 5 de septiembre, a pocos jornadas de su festejo patronal! Es el "5" subrayado de manera intencional, capital, para nada gratis; en sintonía a nuestro imaginario religioso y social con Ochún, la oricha yoruba, emula de la Virgen de la Caridad en forzado sincretismo religioso.
"La virgen nos ha salvado... se ha convertido en la fe y la esperanza de todos los cubanos", comentó Jorge Fernández y recordó que ha sido a lo largo del tiempo centro de devoción de toda Cuba, ofrendas de varios mambices, de personalidades relevantes de todos los ámbitos de dentro y fuera del país, aparecen a sus pies en su iglesia del poblado de El Cobre, Santiago de Cuba.
"La virgen luchó contra ese sentimiento absurdo de promover un ateísmo que no tenía que ver con nuestra identidad", subrayó. "Ella siempre ha estado ahí, en tiempos tan difíciles, como decía Lezama Lima en su poema "Resistencia"; son tiempos de salvación y, su signo, es una fogoza resistencia", agregó. Luego se refirió al verbo martiano portado y presedido en la obra, "José Martí es el émulo de lo que podría ser la Virgen de la Caridad del Cobre", concluyó.
Al respecto, el Dr. Pedro Pablo Rodríguez, validó esa coincidencia ecuménica entre la Virgen y Martí, "nosotros tenemos un santo, todo un santo varón que es José Martí", estimó. Destacó la habilidad del manejo de la religiosidad en Martí, "Martí no fue un sacerdote trabajando en una iglesia, pero, fue un sacerdote trabajando por todas partes para convencer a la gente que era necesario luchar con las armas por la independencia de Cuba y hacer un país distinto... para todos, para cubanas y cubanos" , dijo.
Gracias a los autores de la pieza por legitimar desde el arte, ese puente inexorable entre todos los cubanos sin importar las orillas, por convertir "la obra, es el credo y el museo, en su templo", según dijo Meira Marrero.
!Ay, Cachita, bendíce a tu pueblo desde las artes!
!Ashé para todos nosotros!



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