Lo vi llorar frente a mí, cuando enseguida se le disparó la vergüenza deportiva, en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El muy reconocido luchador Luis Orta llegaba enfocado, tras años de sacrificio, con la meta de tributarle otra medalla de oro a Cuba, como hizo en Tokio 2020, sin estar entonces entre los favoritos.
Pero en la Ciudad Luz quedó con una muy valiosa también de bronce que le dejó un sabor agridulce.
¿Podrá volver a alcanzar una corona, o al menos una medalla, en Los Ángeles 2028?
Sí, de eso vamos a escribir.
Pero antes, como señalamos en un trabajo reciente, se debe garantizar —con total respeto a los principios olímpicos— la participación de Cuba. Hasta hoy, Estados Unidos ha negado las visas a casi un centenar de personas vinculadas al deporte cubano: atletas, técnicos, federativos...
La historia de París 2024 sigue fresca. Abrió sus cortinas hace menos de un año, el 26 de julio, coincidiendo de forma simbólica con el Día de la Rebeldía Nacional en Cuba, pero…
Vale recordarlo
Orta debutó en París en octavos con una victoria por superioridad sobre el japonés Kyotaro Sogabe.
Luego cayó en cuartos ante el iraní Saeid Esmaeili Leivesi (0-9, superioridad técnica), quien terminaría coronándose campeón olímpico.
Ahí se le escaparon las primeras lágrimas a nuestro gran luchador…
Se repuso. Y como su verdugo lo arrastró al repechaje, actuó como el campeón que es: se sacudió el dolor y venció con ímpetu al argelino Ishak Ghaiou y al armenio Slavik Galstyan, medallista de bronce en el Mundial de Nursultán 2019 (en la división no olímpica de los 63 kg).
No hace falta decirlo, pero aquí va: en 2019, Orta aún no era… Orta. Eso ocurrió ya en Tokio 2020.
Grandes retos
Volvemos a la pregunta inicial:
¿Logrará subir otra vez al podio en Los Ángeles 2028?
¿Qué obstáculos debe superar?:
● Cada ciclo olímpico trae nuevos talentos, sobre todo desde potencias tradicionales como Irán, Armenia, Azerbaiyán y Turquía, que renuevan sus filas con luchadores temibles.
● La preparación táctica y tecnológica de los rivales se ha sofisticado. El análisis de videos obliga a Orta a evolucionar constantemente para no volverse predecible.
● Competir al máximo nivel de forma sostenida incrementa el riesgo de lesiones, especialmente en una categoría tan exigente como los 67 kg. Deberá cuidar su cuerpo al milímetro.
● Controlar el peso sin perder fuerza ni resistencia será otra batalla constante.
● Como campeón olímpico y mundial, Orta siempre sube al colchón con presión extra: medios, afición, expectativas.
● Las derrotas enseñan. Pero solo si se las enfrenta con humildad y capacidad de reinvención, cualidades esenciales en un entorno tan reñido. Él puede…
● Las reglas cambian. Los sistemas de clasificación también. Saber adaptarse puede marcar la diferencia.
● Su entorno será clave: entrenadores, médicos, psicólogos. Cuba tiene tradición en la lucha, pero mantenerse en la élite exige métodos innovadores y rivales internacionales para entrenar.
Resumiendo
Orta enfrenta ahora el verdadero combate:
Seguir creciendo dentro y fuera del colchón. Mantenerse competitivo implica reinventarse física, táctica y mentalmente.
Y, además, resistir la presión de ser un símbolo.
Tiene talento. Tiene disciplina. Tiene orgullo herido.
Luis Orta es un luchador del que todavía pueden esperarse grandes alegrías.
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